Cierra los ojos y lo más que alcanza a imaginar son sus manos... Apenas tiene recuerdos, la emoción la llena tanto, que abruma su memoria hasta el punto de no retener los momentos más dulces junto a él.
Le ha dicho tantas cosas, le ha mirado tantas veces y le ha hecho suspirar con tanta fuerza, que su frágil memoria no es capaz de guardarlo para ella. Por eso no puede disfrutar las cosas una y otra vez, por eso tiene que alimentarse de lo que la imaginación le permite, porque los recuerdos se los quedó él.
Imagina y vuelve a imaginar, y mezcla el almíbar de la pasión con el ácido desencuentro, porque sabe que acabará hundida, porque sabe que si lo ve de nuevo, volverá a cuestionarse su existencia, volverá a dudar de su destino, pero ante todo, volverá a rodar entre sus brazos.
Lo desea tanto…Sueña cada noche con ser rozada por sus manos y cuando el duermevela la perturba, serena su alma con píldoras de amor eterno. Entonces, imagina lo que desea y desea lo que no alcanza, aquello que no tienta por miedo, por prudente, por imbécil. Así, espera que un día más su dedo se deslice por su espalda y le haga sentir que entre tanta gente, él sigue a su lado, desde lo más lejos.
Esas manos…Son tanto sus manos para ella, y sin embargo nunca las ha tocado, nunca la han rozado. Será por eso que las tiene idealizadas. No tanto su boca, que le ha dejado lo más deseado y lo más mezquino de sus idas y venidas. Una boca que la hunde hasta el negro más profundo y la eleva entre muerdos de locura.
Esa boca…Poco queda ya para sus ojos. Poco o todo. La buscan, la pierden, le mienten, le regalan tanto. La mayoría de las veces apenas puede hablar así que todo se lo dice con la mirada. Y aquí de nuevo tiene que imaginar, tiene que adivinar lo que otros ven como evidencia. En ese instante, en ese mismo momento, todo se para, y un instante, un cruce de miradas, se hace eterno. Le ha dicho tanto en tan poco tiempo.
Esos ojos…No sabe si lo volverá a tener entre sus brazos, no sabe si volverá a beber su aliento, no sabe si volverá a morder su boca, pero de una cosa está segura,
él, también la desea…